domingo, 8 de agosto de 2010


Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos. Con nuestro pensamiento creamos el mundo. – Buda

Te des cuenta de ello o no, todos estamos creando el mundo al soñar. No estamos participando en el sueño dormido con el que estamos familiarizados, sino en el sueño despierto que creamos con nuestros ojos abiertos. Cuando no nos damos cuenta que todos compartimos el poder para co-crear la realidad con la ayuda del Universo mismo, ese poder se desliza de nuestras manos y nuestro sueño se convierte en una pesadilla. Empezamos a sentir que somos víctimas de una creación desconocida y atemorizante que somos incapaces de influenciar o cambiar. Los acontecimientos parecen controlarnos y atraparnos. La única manera de poner fin a esta espantosa realidad es despertar al hecho que también es un sueño, y reconocer nuestra capacidad para escribir una historia mejor, una con la que el Universo trabajará con nosotros para manifestar. La naturaleza del cosmos es tal que sea el que sea el sueño que tengas acerca de ti mismo y del mundo se convertirá en realidad.
En cuanto despiertes a tu poder de soñar, comienzas a flexionar los músculos de tu coraje. Entonces puedes soñar con valentía: soltando tus creencias limitadoras y superando tus miedos. Puedes comenzar a crear sueños verdaderamente originales que germinan en tu alma y dan fruto en tu vida.
Soñar con valentía te permite crear desde la fuente, la sopa cuántica del Universo donde todo existe en estado latente o potencial. Los físicos comprenden que en el mundo cuántico nada es “real” hasta ser observado. Pero los acontecimientos cuánticos no ocurren únicamente en el laboratorio. También suceden dentro de nuestro cerebro, en esta página, y a todo nuestro alrededor. Cuando accedes a cualquier parte del sueño, la gran matriz de energía, puedes cambiar la realidad y alterar el sueño entero.

La física moderna esta describiendo lo que los antiguos guardianes de la sabiduría de las Américas han sabido durante mucho tiempo. Estos chamanes, conocidos como los Guardianes de la Tierra, dicen que estamos creando el mundo al soñar a través del acto mismo de presenciarlo. Los científicos creen que solo somos capaces de hacer esto en el minúsculo mundo subatómico. Los chamanes comprenden que también soñamos el mundo mayor que experimentamos con nuestros sentidos. Como los Aborígenes, los Guardianes de la Tierra viven en un mundo donde el tiempo de soñar no ha sido empujado al ámbito del tiempo de dormir, como lo ha sido para nosotros. Saben que toda la creación surge de, y regresa a, este tiempo de sueño.

El tiempo de sueño, la matriz creativa, no existe en un lugar fuera de nosotros mismos. Más bien, infunde toda materia y energía, conectando cada criatura, cada roca, cada estrella, y cada rayo de luz o mota de polvo cósmico. El poder de soñar es el poder de participar en la creación misma. Para los Guardianes de la Tierra, soñar la realidad no es solo una capacidad sino un deber, uno que debemos llevar a cabo con gracia y amor

Entramos en detalles extraordinarios para crear nuestro mundo soñando. El Big Bang tenía que ser tan matizado, tan perfectamente sincronizado y calculado, como para producir únicamente 1 parte de materia en 10 elevado a la potencia 50 de polvo estelar. Esto es 10 seguido de 50 ceros, ni más ni menos. Lo que es aun más desconcertante es la matización de los parámetros del Universo que ocurrió, en particular aquí en la superficie de la Tierra, que ha mantenido un perfecto equilibrio de temperatura entre el punto de congelación y ebullición durante más de mil millones de años. Lo insólito de estas proporciones que permiten que aparezca la vida sugiere la presencia de una fuerza inteligente. Los Guardianes de la Tierra lo llaman la Fuente Infinita, o Infinidad.

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